martes, 22 de marzo de 2016

BRUSELAS: LA TRAGEDIA INÚTIL





Miserables mortales, ¿por qué tenéis armas y os matáis mutuamente? Deteneos, que alejados de la guerra conservaréis en paz vuestras ciudades con ciudadanos pacíficos. Poca cosa es la vida y es preciso recorrerla hasta el final con la mayor tranquilidad posible y lejos de la desgracia.

Es el amargo lamento de Adastro.

Esta denuncia de la guerra destructora de vida es la declaración del derecho a vivir, con la fortuna o el infortunio que conceden los dioses, y que la muerte no provenga de la absurda locura del ser humano.

Basada en un episodio de la saga tebana y escrita durante la guerra del Peloponeso, Suplicantes indaga en los efectos desastrosos de toda contienda armada.

"Con Eurípides irrumpió en el escenario el espectador, el ser humano en la realidad de la vida cotidiana..." dijo Nietzsche en su conferencia Sócrates y la tragedia.

Hoy es esto tristemente actual, porque la tragedia ha vuelto a golpear a seres humanos simplemente envueltos en las tareas de la vida cotidiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario