lunes, 29 de febrero de 2016

29 DE FEBRERO: EN LOS PLIEGUES DEL TIEMPO


El tiempo existe para que no todo ocurra al mismo tiempo...y el espacio para que todo no te ocurra a ti.  Susan Sontag


Reza un koan budista: "muchos creen que el tiempo pasa, el hecho es que permanece donde está". 
Quizás a ese pasar lo llamamos tiempo. 

La función del Koan es producir un silencio interior, un lapso en el tiempo ante la perplejidad de una afirmación o pregunta.
Ese lapso imperceptible, es un tiempo fuera del tiempo, es la pausa inasible que produce un fogonazo en la conciencia.

Un claro abierto en el tiempo.

Como el segundo que precede al ataque de epilepsia descrito en El idiota de Dostoyevski
Instante fuera del momento. Un destello vertiginoso. Una grieta abierta por donde se escapa la luz intempestivamente. 

"Me he desmayado durante un trozo de mi vida" decía Fernando Pessoa del estado en el que no era capaz de escribir.


Se está celebrando en el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) un ciclo de conferencias dedicadas al Tiempo. A la idea de quién decide sobre el tiempo, quién marca los ritmos y los intervalos de nuestra temporalidad. A la experiencia del tiempo en nuestra sociedad urbana e hiperacelerada. A los días que transcurren y en los que parece que nos faltan horas para encarar las exigencias y necesidades de nuestra vida. Al tiempo de trabajo, el tiempo libre, el tiempo para dormir o para perder el tiempo.
¿La tecnología nos libera o nos atrapa más al tiempo?, ¿cómo es posible que se haya vuelto un bien escaso?, ¿podemos recuperar la soberanía sobre nuestro tiempo?. 

Sobre algunas de estas cuestiones van dedicadas estas charlas encabezadas por diferentes ponentes relacionados con la filosofía, la sociología, las ciencias económicas, la escritura, la poesía. 

Asistí hace dos semanas a la titulada "Los claros del tiempo" que corría a cargo de Menchu Gutiérrez, novelista, poeta, ensayista y traductora.

Comenzó la escritora evocando pasajes de su niñez y lugares a los que acudía repetidamente. Rememorando ese tiempo del que probablemente no se pueda dar cuenta, sino conjugando el espacio   (esos paraísos perdidos de Proust) por estancias cerradas herméticamente, que sólo pueden ser nombradas a través de la metáfora. 

Comenta la poeta Concha Garcia (La Rambla 1956) en un pasaje de su ensayo Asomos De Luz, que posee un mueble que dispone de una serie de repisas interiores, en las que guarda una caja de latón llena de fotografías, y que la existencia de esa caja en el mueble, mantiene a su disposición una reserva de pasados detenidos que voluntariamente puede revisar o dejar allí sin que le molesten demasiado.
El tiempo confinado en el tiempo, la memoria internada en los objetos.

"Hay claustros en estas horas" diría Pessoa. La cristalización del tiempo. El secreto que lo detiene.

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado de las cosas, afirmaba Marcel Proust, y Michel de Montaigne añadía: "no existe el presente: lo que así llamamos no es otra cosa que el punto de unión del futuro con el pasado".

Nombraba Menchu Gutiérrez la caja de Schrodinger como metáfora del misterio.
La paradoja del gato aislado dentro de una caja opaca al albur de un experimento en el que a la vez podía estar vivo o muerto, dependiendo del camino que tomase el mecanismo del electrón que se halla en su interior, y que podía ser uno y su contrario a la vez.
Al abrir la caja, sin embargo, sólo vamos a ver un resultado, el gato vivo o muerto. 
El simple hecho de observar contamina el experimento y nos quedamos con una realidad frente a las demás, que se ejecutan paradójicamente al mismo tiempo.

¿Es que la luna no está ahí cuando nadie la mira? se
preguntaba Einstein expresando su desconcierto. 

Sólo así existe el tiempo: al poner conciencia sobre los objetos, sobre la emoción, sobre la experiencia.

No puedo pensar en mi madre sin alguna imagen retenida en la memoria: las gafas aún sobre la mesa, la media luna para el desayuno que no llegó a tomar, el pastillero con todas las pastillas, la hoja del calendario fija en aquel día. Un tiempo detenido que no fue. Un tiempo pasado en el futuro.

El tiempo es un órgano más, como el hígado o el riñón, decía Menchu Gutiérrez. 
"El tiempo es la materia de la que he sido creado", afirmaba Borges.

¿Es el calendario una convención?
Eso parece. No hay más que observar que existen diversos calendarios dependiendo de la cultura a la que se pertenezca.
Y las horas, ¿no son diferentes según el hemisferio en el que se encuentren?

Hoy es 29 de febrero.

¿Si usted nace hoy?, ¿si muere hoy?. 
¿Cuándo celebrará su cumpleaños?, ¿cuándo le recordarán por su muerte?. 
En los pliegues del tiempo.

Existe el tiempo porque existe la muerte y, mientras tanto, aquí estamos, provisionalmente vivos.

jueves, 25 de febrero de 2016

LA ANSIEDAD DE LA ABUNDANCIA



Vivir en una ciudad grande tiene ventajas.
Una de ellas, en mi opinión, es la del anonimato. 

Yo siempre me he sentido más libre en las épocas en las que he residido en grandes ciudades: Dublin, Londres, Nueva York, Barcelona...
...y por otra parte ¿cómo llegar a toda la oferta que despliegan?
Me refiero a exposiciones, conferencias, cine, teatro, presentaciones, conciertos...cuando hay varios que te interesan a la vez.

¿Nunca han experimentado ustedes ese desasosiego que produce el entrar a una librería y anhelar haber leído todos los libros que allí se encuentran?

¿O pasear por las calles repletas de restaurantes, colmados, pastelerías y mercados, y querer probar todos los platos y productos a la vez?

Ahora que estoy de nuevo en Barcelona me doy cuenta de la
inquietud que puede provocar el deseo de abarcarlo todo y a su vez la consciencia de la imposibilidad de este deseo.

También ocurre con Internet y la indigestión informativa que la red nos crea a diario. 

Parece ser parte del dilema humano: tener que elegir unas cosas sobre otras cuando se quieren varias a la vez. 

La demanda de la ubicuidad, a la vez y en todas partes. Y es bien sabido que el don de la ubicuidad sólo mora en Dios.

¿O será acaso que ser dioses sea nuestra íntima y humana aspiración?



   

lunes, 22 de febrero de 2016

ESCENA BARCELONESA


Cerca de mi casa hay una taberna tipo clásica, que se especializa en buenos vinos y sobre todo en cavas.

He de confesar que cuando estoy en Barcelona, mi frágil voluntad es incapaz de resistirse a la deliciosa tentación de un cava al sol, y por eso para mí, el mejor momento es el del mediodía, cuando el sol entra por las cristaleras de los bares y estás sentada en la barra leyendo el periódico del día y sintiendo la frescura espumosa que desciende por tu garganta y hace un bucle suave en el estómago, devolviéndote hasta la cabeza una llamarada, una pequeña explosión de atemporalidad, instantes de dicha oblicuos y fulgurantes que me hacen agradecer a los dioses que estoy y sigo viva.

Este goce pasajero estaba experimentando en la citada taberna, cuando un trío de jóvenes damas entró en el establecimiento.

Iba yo por el segundo cava de un pálido rosado de extraordinaria calidad y precio nada recomendable, y estaba esparcida en una de las escasas mesas de mármol del local: el periódico desplegado, la bolsa de las compras, mi bolso personal, en fin ...
El resto de las mesas eran de madera, y pequeñas, como acostumbran en Barcelona a amueblar sus chiringos.

El  caso es que me pidieron abandonar la mesa y colocarme en una más pequeña para permitir a las chicas que comiesen juntas en la barrita de mármol que yo ocupaba. Por supuesto accedí. Y después de cambiar de sitio, no pude dejar de escuchar la demanda de sus bebidas: tres aguas minerales. 

No tengo nada en contra del agua mineral, es más, la consumo ocasionalmente, pero lo que me desmoronó, fue el comentario de una de ellas: "hay que beber agua, el cava se metaboliza en azúcar y eso es un veneno para la sangre".

Salí del bar apresurada y cabizbaja, con el corazón ya encogido, (por el efecto glucosa, supongo) buscando refugio en el aire.


jueves, 18 de febrero de 2016

EN EL MISMO BARCO




Con nueve décadas a sus espaldas, Zygmunt Bauman, el sociólogo polaco afincado desde hace años en el Reino Unido y convertido en lo más cercano a una estrella de rock del pensamiento contemporáneo, hizo pleno ayer en el auditorio del MACBA en Barcelona, presentando un documental sobre el fin del trabajo, en el que intervino, con una vitalidad envidiable, junto al productor Pere Portabella y el director Rudy Gnutti, que también estuvieron en el posterior coloquio.

Intervienen también en el documental personas de la talla del ex presidente uruguayo José Mújica, Erik Brynjolfsson del MIT o Serge Latouche, teórico del decrecimiento, junto a diversos analistas y economistas de diversos países.

Se habla en in the same boat, de la sociedad que se nos viene encima debido al fin del trabajo, a la falta de empleo en una época de informatización y robotización acelerada.

Bauman creador de la popular metáfora de la actual sociedad líquida (una sociedad en la que los valores sólidos de la primera modernidad, la religión, la familia, una pareja o un trabajo, se han desintegrado), afirma que por primera vez en la historia, la idea de la humanidad es real, pero que hacen falta los motores y los remos para llevar el bote en la dirección correcta.
Señala que el mayor peligro hoy, es que seguimos abordando problemas globales desde instancias locales que no pueden afrontarlas. Y añade que hay que revisar los fundamentos de nuestra sociedad y desligar empleo de supervivencia en una sociedad donde no hay ni habrá trabajo para todos.

El filme analiza cómo el progreso tecnológico es, por un lado, un gran logro de la humanidad en los campos de la comunicación, salud, educación, etc., mientras que, por el otro, está destruyendo empleo, tanto manual como intelectual.
Muestra las enormes desigualdades económicas y sociales que van en aumento: los ricos cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres. Y una clase media cada vez más precaria, en declive.

¿Cómo reconciliar los asombrosos avances tecnológicos con la continua expulsión de trabajadores?

In the same boat, incita a pensar y a actuar y nos enseña cómo imaginar una economía posible.

Todos estamos en el mismo barco. Ésta es una de las primeras frases que pronuncia Bauman en este documental.

¿Es un barco que se hunde o lograremos que llegue a puerto?
Ésta es la primera pregunta.

La segunda es, si creemos que puede llegar a puerto, ¿qué estamos dispuestos a cambiar?

Se admiten comentarios.




  

lunes, 15 de febrero de 2016

TUUU LIBRERIA



¿Tiene la mano grande?

Podría ser una ventaja si visita en Barcelona la librería "Tuuu librería", un local de reciente apertura -el pasado noviembre- (en Madrid ya existía) en el popular barrio de Gracia.

En este espacio nos encontramos con paredes recubiertas de palés de madera, que sostienen libros de todo género, donados por personas que hacen su aportación por variados motivos. 

Todas y todos tenemos en nuestras viviendas libros y hasta colecciones de ellos que bien podrían ser legados para que otras personas pudiesen (si quieren) ojearlos y llevárselos a sus casas por el módico precio de un donativo voluntario
Eso si, la cantidad de libros a portar ha de ser aquellos que se puedan acarrear en la mano.  
Otra de las propuestas de la citada librería, es la de ofrecer su recinto para actuaciones, charlas, exposiciones, perfomances, happenings etc. relacionadas con la creación y la cultura.  

Mientras esperaba a la presentación de un libro de poemas, oí, por ejemplo, como un joven reservaba el lugar para un acto musical.

En fin, un punto de encuentro para gente que quiere mostrar(se) y disfrutar sin ánimo de lucro y con ánimo de compartir.

Éstas son las iniciativas, que a mi parecer, sin depender de instituciones, ni estados, mueven e insuflan una cierta esperanza de libertad.  


jueves, 11 de febrero de 2016

EL UNIVERSALISMO DE LA DIFERENCIA



Decía Hannah Arendt (filósofa política nacida en Alemania y posteriormente nacionalizada en EEUU. 1906-1975) que la política de nuestro tiempo esta comprimida por dos polos: el del estado y sus instituciones centralizadas y el de una sociedad de intereses de mercado. 
La política está aprisionada, no tiene lugar y debemos reconstruirla a partir de un espacio público no estatal y no mercantil.

El catedrático de Filosofía Política Giacomo Marramao (Catanzaro, Italia 1946), en una entrevista reciente publicada en La Vanguardia, hacía una diferencia entre el intelectual y el filósofo, afirmaba que el intelectual es consejero del político mientras que el filósofo analiza críticamente al político y a todo poder. 
Marramao, pionero en el análisis crítico de la globalización, opina que no se puede hablar de una identidad global producida por el capitalismo, sino de una diáspora de las identidades. 
Insiste en que no hay identidades cerradas y homogéneas sino polivalentes, e invita a que cada una de estas diferencias, proponga su idea de lo universal. 
Apuesta por un universalismo de las diferencias que busque la reconstrucción de un espacio público no estatal, "más allá del estado y más allá del mercado" según sus palabras: una nueva Ilustración de las diferencias.

La idea de ciudadanía basada en la identificación del individuo con su nación o su estado (modelo jacobino de ciudadanía), entra muchas veces en contradicción con la idea de pertenencia. Algunas personas se identifican mucho más con su comunidad, con su grupo, que con la idea de estado. Como ejemplo lo que ocurre en EEUU con los afroamericanos, los judíos, los gays, las mujeres, etc. 
Hay en nuestro mundo actual una gran necesidad de buscar una identificación por la diferencia.

El sujeto de todo esto, es, según Marramao el pueblo, no en el sentido místico ni jurídico, sino el pueblo como resultado de la pluralidad de culturas, de personas y de diferencias. La idea de una sociedad civil donde exista un espacio público no estatal: una distinción entre lo público y el estado: un tipo de unión política de los individuos que no esté tutelada por el poder establecido.

Los movimientos alternativos que se están dando al margen institucional son la respuesta (o la pregunta) a la necesidad de un cambio radical en el estilo de vida, en la estructura social, en la organización cultural, en las relaciones y por supuesto en la manera de hacer política.

Concluye Marramao que tenemos que imaginar un ser universal que se constituye a partir del criterio de la diferencia. Que tendemos a pensar que los hombres se relacionan por lo que tienen en común, pero que por el contrario, las relaciones se producen gracias a la singularidad de cada uno.

Urge por tanto, la creación de una comunidad capaz de apreciar las diferencias singulares que están en su interior y esto debe reflejarse en la manera de vivir y de hacer política. 
Es preciso hacer política desde la singularidad, como entidad en sí misma múltiple y plural, capaz de relacionarse con los otros de forma dinámica y conflictiva (en el sentido de diálogo o argumentación para los antiguos griegos), entendiendo por conflictiva no competitiva. 
Una comunidad no identitaria en el sentido estatal sino abierta a una creatividad siempre en proceso y siempre múltiple y singular.

Recuerdan ustedes aquella canción que interpretaba Ana Belén y que decía: 
                   Contamíname, mézclate conmigo...

      

martes, 9 de febrero de 2016

INSTANTE



Veo caer la tarde en los tejados. 

Aquella tarde era ya oscura. No había prendas colgadas en los edificios. La humedad las había rescatado.

Estás tendida en la cama, todavía habitada, la lengua seca por el aire. Un líquido pardo se resbala por la comisura de tus labios. Entro sin saber dónde apoyarme y me siento en el borde. 
Te hablo sin esperar respuesta. Algo espero, algún gesto; no, ya no hay gestos, un signo, una señal, una arritmia en la respiración.
Qué piel tan fina, todavía tibia, cubierta de sombras. Háblame, dime una cosa más, dime que sí, dime que me perdonas, que no recuerdas las ofensas.

Exprimo el pañuelo mojado en las comisuras de tus labios. ¿Por qué ahora?, ¿por qué no antes?. 

Ahora que ha llegado el tiempo en el que podría, ha pasado el tiempo en el que pude...

y todos los caminos son recuerdos o preguntas.

domingo, 7 de febrero de 2016

CUADERNO GRIS



Asistí esta semana a una conferencia dentro de un ciclo titulado "Genealogías cruzadas" celebrada en el Reial Cercle Artístic-Real círculo Artístico (sede en la que se desarrolló en buena parte el modernismo catalán) de Barcelona, a cargo de Laura Freixas, escritora comprometida desde hace mucho tiempo con el tema de género, en la que diseccionaba El quadern gris (1966) de Josep Pla, probablemente el dietario más valorado por la crítica y el que le consagró como escritor.

El dietario se trata de una forma literaria poco cultivada en la literatura castellana o catalana, constituida por observaciones, anotaciones y reflexiones periódicas o diarias, donde se combinan géneros diversos: la narración, la descripción, el diálogo, las reflexiones personales, el análisis de costumbres, el retrato...
No se trata de un diario auténtico, sino de un dietario "literario" ya que se revisa y redacta con posterioridad para su publicación.

Después de esta breve introducción, lo que me interesa señalar aquí, es una parte del diálogo que se estableció a posteriori en la sala, reflexionando sobre el hecho ya citado, de que en la literatura en castellano y en catalán, se encuentran pocas muestras de este género.

Comentaba Laura Freixas, que en su opinión, parte de la culpa de que tales géneros como el diario, las memorias o las autobiografías se hayan cultivado tan escasamente en España (con excepciones como la de Teresa de Jesús) se podían atribuir a una cierta influencia de la iglesia católica.

A mi modo de ver, el diario o dietario, lleva consigo en muchas ocasiones la reflexión íntima, la exposición de impresiones y emociones que dejan al descubierto lo más profundo del autor. 
El escritor se confiesa, muestra lo más hondo y personal y es precisamente de esta apertura de la que se adueña la iglesia católica por medio del sacramento de la confesión.

Es, este magma de lo confidencial, lo secreto, lo sentimental, lo recóndito, lo oculto, lo subterráneo, el que quiere o cree la iglesia católica tutelar con la confesión. 
De esta manera se apropia de lo íntimo, usurpando al terreno laico tal menester (aunque es ahora la psicoterapia la que ocupa en parte este campo).

Es, o era, por parte de la iglesia (ya no ejerce tan excesivo peso) una forma de poder: mantener silenciada y absuelta mediante "voluntaria" confesión, esa parte íntima (la sombra en términos junguianos) que es precisamente la que a través de la escritura (entre otras cosas) nos da la oportunidad de hacer visible lo más velado, manifestándolo a nuestra conciencia.

Esta manera de hacer confesable y público lo  reservado al ámbito privado (y eclesiástico) es la esencia de los diarios o dietarios. 

Lo público, lo privado y lo íntimo. 

Son estas tres categorías las que afortunadamente se conjugan en el diario o dietario, un género literario en auge, donde caben la reflexión y el hecho, lo onírico y la realidad, la crítica y la complacencia, la interpretación y el testimonio...

No todo es novela.

Ya dijo Josep Pla que la novela es el cuento para la gente adulta. 
Y añadió en una entrevista con Salvador Pániker ( La Vanguardia , 1997): "considero que un hombre que después de los 40 años aún lee novelas es un puro cretino. Lo cual no quiere decir que en el mundo no existan ocho o diez novelas magníficas..."

Juzguen ustedes mismos.
   

miércoles, 3 de febrero de 2016

RESTAURANTES



La industria de la restauración (vocablo acuñado recientemente en referencia a la cocina) se ha convertido en este momento en tema de interés nacional. Lo confirman el creciente interés turístico por la gastronomía, la oferta imparable del sector, las guías especializadas en restaurantes, las webs enfocadas al asunto, la ingente cantidad de programas televisivos dedicados a tales menesteres...todo muy fashion.


No hace mucho, comiendo en un restaurante de moda, de esos que salen en las guías, repleto de camareras y camareros hipsters de última generación, a la hora de servir, confundieron un postre deconstruido de castañas por otro también deconstruido de limón, y cuando íbamos a la mitad de saborear la deconstrucción, y sin tampoco habiéndonos percatado del error (con tamaña deconstrucción se hacía difícil distinguir sabores),  uno de los más hipsters del local, nos arrancó el plato (una especie de fiambrera hermética) de la mesa de malas maneras, para, al tiempo, traernos lo pedido, del mismo modo,
deconstruido.

En fin, todo un ritual de prisas, idas y venidas y energía en exceso, protagonizada por jóvenes "colocados" pero no situados (y seguramente mal pagados), que arruinan cualquier pacífica sobremesa al ya aturdido comensal. 

Esa quizás es la clave y la finalidad que se persigue: consuma slow food  rodeado de ruido, música machacona y a todo volumen a fast speed, y váyase cuanto antes porque tenemos otro turno que hacer.

Esto ocurrió en el sur y se repitió en el norte, en mi ciudad, unos días después, en un local de parecidas características, reseñado en las guías, donde en medio del espacioso comedor, tienen una mesa mezcladora de música, a la cual, a cada rato, se acercaba un rumboso camarero para subir el volumen de un ruido tecno-pachanga que nos zumbaba dentro de la cabeza como si de un tambor interno se tratara y que nos hacía imposible cualquier atisbo de comunicación.
 
Lamentablemente confunden el comer con el ir de discoteca.

No son restaurantes baratos, no hablo de Mc Donals, ni tampoco de tascas de barrio. Son restaurantes muy cool, reseñados como digo, en guías para turistas catalogados.

Debo entonar el mea culpa por acudir a estos templos de la modernidad sin cálculo ni previsión. En el primer caso como turista mal aconsejada y en el segundo como ciudadana despistada. No tengo cuerpo ni edad. Ni mal gusto.  
En fin, he aprendido la (e)lección.