viernes, 24 de junio de 2016

LA NOCHE DE SAN JUAN



Experimentamos un terror tremendo cuando sentimos la nada.En nuestra cultura la nada es la inconsciencia, es el equivalente al vacío...Para evitar ese vacío llenamos el hueco artificialmente, con toda clase de compensaciones excesivas, con verborrea, con síntomas... o la evitamos por completo convirtiéndonos en autistas catastróficos. 
P. Baumgardner y F. Perls.


La noche de San Juan es una festividad cristiana, si bien coincide con otras fiestas de origen pagano que festejan la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte y cuyo ritual consiste en encender una hoguera.
Parece que la finalidad de ese rito era “dar más fuerza al sol”, que a partir de esos días iba haciéndose más “débil”(los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno).
Simbólicamente el fuego tiene una función “purificadora” y la tradición manda quemar los trastos inservibles en la hoguera, así como lo metafóricamente antiguo, caduco en nuestras vidas y que esperamos, por la acción transformadora del fuego se extingan y dejen paso a lo nuevo.
Esta fecha me trae al recuerdo el midsummer night dream de Shakespeare, donde Puck causaba toda suerte de travesuras y embrollos, liando situaciones y personajes para llevarlos a la manipulación y al engaño.
En este San Juan hemos amanecido con la noticia del triunfo del Brexit frente a los partidarios de seguir en la UE. 
Se ha dicho por ahí que los referéndum los carga el diablo. No creo yo que el diablo ande en estos menesteres pero sí ese Puck juguetón mitad ingenuo, mitad despiadado.

Al despertarme recorro descalza mi jardín para empaparme del rocío de la mañana y saludar a toda la creación, que parece de pronto tener sentido. Celebro el solsticio con un ritual de contemplación de la naturaleza y de los cambios. Después de una pausa más silenciosa que de costumbre respiro hondo, como queriendo llenar la nada. 




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