En el relato "el viejo y el bar", Alejandro Fernández Aldasoro escribe:
Dicen que hay que luchar por los sueños. A mí, en general, me parece un mal consejo. Más que nada porque los sueños suelen provenir de la mente, y la mente no es de fiar. Te puedes pasar años peleando por algo que tu mente se ha inventado. Cosas de lo más ridículo. Como ser astronauta o escritor, como que alguien te quiera, como saltar seis metros con la pértiga o como ganar un premio gordo en las tragaperras. De ahí esa insatisfacción que dejan los sueños cumplidos. ¿Y ahora, qué?
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