viernes, 16 de octubre de 2015

TODO FLORECE EN UN AMBIENTE HÚMEDO


 Nací en los mares del sur siendo la menor de mis hermanos y mecida por unas aguas caprichosas que iban y venían apresuradas, ahora cubriéndome, ahora dejándome a la intemperie. Aprendí muy pronto a abrir en mi concha pequeños canales para dejar pasar, el aire, los peces y la arena hasta mis branquias.
Fui viajando atravesada por la sal de sur a norte, abierta y protegida, áspera y brillante. Las cálidas aguas del sur se desplazaban perezosas dejando en mi cuerpo manchas adultas. Todo parecía penetrarme y deshacerse y formar un mapa rugoso,  una corteza en lo externo. Así, despacio, llegaba al norte, retornaba al inicio, a mi lugar de origen; así. descansaba en una playa cuando te acercaste y me recogiste en tus manos.

La arena, los peces y el aire quedaron confinados, y cuando abriste la mano, una mancha de sal dibujó una silueta en tu palma.

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