domingo, 7 de febrero de 2016

CUADERNO GRIS



Asistí esta semana a una conferencia dentro de un ciclo titulado "Genealogías cruzadas" celebrada en el Reial Cercle Artístic-Real círculo Artístico (sede en la que se desarrolló en buena parte el modernismo catalán) de Barcelona, a cargo de Laura Freixas, escritora comprometida desde hace mucho tiempo con el tema de género, en la que diseccionaba El quadern gris (1966) de Josep Pla, probablemente el dietario más valorado por la crítica y el que le consagró como escritor.

El dietario se trata de una forma literaria poco cultivada en la literatura castellana o catalana, constituida por observaciones, anotaciones y reflexiones periódicas o diarias, donde se combinan géneros diversos: la narración, la descripción, el diálogo, las reflexiones personales, el análisis de costumbres, el retrato...
No se trata de un diario auténtico, sino de un dietario "literario" ya que se revisa y redacta con posterioridad para su publicación.

Después de esta breve introducción, lo que me interesa señalar aquí, es una parte del diálogo que se estableció a posteriori en la sala, reflexionando sobre el hecho ya citado, de que en la literatura en castellano y en catalán, se encuentran pocas muestras de este género.

Comentaba Laura Freixas, que en su opinión, parte de la culpa de que tales géneros como el diario, las memorias o las autobiografías se hayan cultivado tan escasamente en España (con excepciones como la de Teresa de Jesús) se podían atribuir a una cierta influencia de la iglesia católica.

A mi modo de ver, el diario o dietario, lleva consigo en muchas ocasiones la reflexión íntima, la exposición de impresiones y emociones que dejan al descubierto lo más profundo del autor. 
El escritor se confiesa, muestra lo más hondo y personal y es precisamente de esta apertura de la que se adueña la iglesia católica por medio del sacramento de la confesión.

Es, este magma de lo confidencial, lo secreto, lo sentimental, lo recóndito, lo oculto, lo subterráneo, el que quiere o cree la iglesia católica tutelar con la confesión. 
De esta manera se apropia de lo íntimo, usurpando al terreno laico tal menester (aunque es ahora la psicoterapia la que ocupa en parte este campo).

Es, o era, por parte de la iglesia (ya no ejerce tan excesivo peso) una forma de poder: mantener silenciada y absuelta mediante "voluntaria" confesión, esa parte íntima (la sombra en términos junguianos) que es precisamente la que a través de la escritura (entre otras cosas) nos da la oportunidad de hacer visible lo más velado, manifestándolo a nuestra conciencia.

Esta manera de hacer confesable y público lo  reservado al ámbito privado (y eclesiástico) es la esencia de los diarios o dietarios. 

Lo público, lo privado y lo íntimo. 

Son estas tres categorías las que afortunadamente se conjugan en el diario o dietario, un género literario en auge, donde caben la reflexión y el hecho, lo onírico y la realidad, la crítica y la complacencia, la interpretación y el testimonio...

No todo es novela.

Ya dijo Josep Pla que la novela es el cuento para la gente adulta. 
Y añadió en una entrevista con Salvador Pániker ( La Vanguardia , 1997): "considero que un hombre que después de los 40 años aún lee novelas es un puro cretino. Lo cual no quiere decir que en el mundo no existan ocho o diez novelas magníficas..."

Juzguen ustedes mismos.
   

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